top of page

Esperando al príncipe azul

Desde chiquitas vivimos esperando a que llegue nuestro príncipe azul. Que nos despierte con un beso y nos abra los ojos a una vida llena de amor y felicidad; que nos salve de la bruja malvada que nos hace la vida imposible; que nos rescate de la torre en la que estamos encerradas; y todo esto por supuesto que peleando con su espada, protegido con su armadura y cabalgando en su fiel corcel. Debido a estas ideas que nos hemos generado desde la infancia, crecemos con la firme idea de no conformarnos con nadie que no sea como el príncipe de cuento. Ahí el gran error, pues nos podríamos quedar esperando para siempre y nunca llegaría ese príncipe anhelado, pues solo está en nuestros sueños.



Necesitamos bajar nuestros estándares. No ser tan exigentes con lo que pedimos. Hacernos a la idea de que esos príncipes de cuento solo existen ahí, en los cuentos. Idealizamos tanto a nuestra “pareja ideal”, que claramente nadie que podamos llegar a conocer va a estar a la altura. A todos les vamos a encontrar un pero, o varios. Y nos vamos a frustrar, desesperar y desilusionar cada vez más, pues nadie tiene todas las características que buscamos.



Tenemos que reevaluar lo que queremos, lo que buscamos en una pareja. Hacer nuestra lista lo más realista posible. Y buscar cosas que sean realmente importantes como sus valores y creencias y no cuánto gana o qué coche maneja. Tenemos que darnos el chance de salir con gente que quizá no tenga nada que ver con lo que teníamos en mente, pero que nos pueden llegar a sorprender y hasta nos pueden hacer ver que hay cosas que nos pueden gustar y que tal vez no habíamos considerado en nuestra lista. Tenemos que aprender a ser más abiertas, a ampliar nuestros horizontes y no de buenas a primeras decirle a la gente que no sin conocerla a fondo.



Conozco a mucha gente que es demasiado exigente y que por ejemplo si no le gustaban los zapatos que el hombre traía, o si no le gustaba su peinado, entonces ya de entrada les decía que no y no aceptaba salir con ellos. Esto sin si quiera darles chance para conocerlos aunque fuera un poquito. Y la verdad es que todos podemos llegar a ser así en ocasiones, dejándonos guiar por pequeños detalles o por la portada del libro sin permitirnos leer la historia. Las apariencias engañan y además no son lo más importante. Claro que es un plus si está guapo el susodicho, pero si no, no pasa nada. O ¿a poco prefieren a uno guapísimo pero que sea un patán o un teto? La verdad yo prefiero a uno que aunque quizá no sea el más guapo, si sea inteligente, buena persona y respetuoso.



Hace poco me invito a salir alguien que la verdad no era nada mi tipo, no estaba guapo, y se veía medio teto, pero decidí dejar a un lado los prejuicios y darle y darme el chance de conocerlo mejor. Ya si después de conocerlo un tiempo, seguía sin latirme, entonces ya no iba a quedar en mí, pero qué tal que lo conocía y me terminaba gustando; mejor probar e intentarlo a quedarnos con la duda del qué hubiera pasado ¿no creen?


El caso es que acepté salir con él y resultó ser un tipazo, muy caballeroso, detallista, lindo; de los que ya casi no hay, porque ya están en peligro de extinción. Era todo menos patán, de los que nos convienen. Salí con él varias veces y la pasé bien. Después me di cuenta que la verdad no me gustaba nada, que no había química. Pero me sentí muy bien por haberlo intentado, por haberme dado el chance de conocer a alguien diferente a lo que siempre he tenido en mente y por permitirme bajar mis estándares y ya no ser tan exigente en ese sentido. Finalmente no quedó en mí, porque sí traté; ya si las cosas no se dieron fue otra cosa.



No tengamos miedo de salirnos del patrón que hemos ido construyendo. Muchas veces lo mejor para nosotras está afuera de eso, en donde menos lo esperamos. La vida siempre nos sorprende, pero solo si nosotras lo permitimos. Y una manera de irlo permitiendo es bajándole a nuestras expectativas y prejuicios, y eliminando todas esas telarañas que tenemos en nuestra mente, que nada más nos nublan y no nos dejan ver las cosas como son. Aprendamos a ver con los ojos del corazón, aunque suene cursi, y no nos dejemos llevar por lo superficial. La belleza y el dinero se acaban. Lo que perdura es lo que vale la pena, de lo que están hechas realmente las personas. Eso es lo que tenemos que tomar en cuenta en nuestra lista, la cual tenemos que reducir a lo básico y esencial para nosotras, pues está muy complicado que alguien pueda cumplir con las 128 cualidades y características que nosotras buscamos.



Dense el chance de conocer, de experimentar, y les prometo que en donde menos lo imaginen y cuando menos lo esperen, encontraran a su príncipe, a esa persona que es para ustedes y las hará felices aunque no cumpla con todos los requisitos que ustedes pedían.




Sección: heart to heart



Créditos de imágenes:

-aniazulada.wordpress.com

-taringa.net

-chikasurbanas.net

-thefitnessedgeofhv.com

-teinteresa.es

-cercreativo.blogspot.com

-juadoravelpecadora.blogspot.com




Follow Us
  • Twitter Basic Black
  • Facebook Basic Black
Recent Posts

© 2015 Sunday Morning by Charlie created with Wix.com

bottom of page