top of page

Típico que... bloqueamos lo que sentimos

Vivimos en una sociedad en donde de alguna manera está mal visto estar triste, sufrir, tener una depresión, o sentir dolor por algo. La gente no sabe cómo reaccionar ante esto, cómo estar, cómo acompañar, cómo apoyar, qué decir- así que mejor lo evitan, o te evitan si estás pasando por alguna situación así. También porque qué hueva estar con alguien que no está pasándola bien, un ratito quizá, pero si se prolonga mejor bye.


Debido a esto, muchas veces mejor optamos por ignorar lo que sentimos, por bloquearlo, por seguir fluyendo frente a otros fingiendo que todo está bien- porque no vaya a ser que se alejen o no nos entiendan.


¿pooooooor?




Eso está pésimo. No hay nada peor que no permitirnos sentir lo que estamos sintiendo. Sea porque estamos pasando por un duelo, viviendo una pérdida, porque no fue un buen día, porque tenemos una descompensación en nuestros neuroquímicos, porque tenemos un diagnóstico de depresión, porque vivimos con ansiedad… por lo que sea- necesitamos sentirlo y vivirlo- es la única manera de poder ir saliendo adelante.


Si la gente se aleja y no entiende, probablemente sean personas que no necesitamos en la vida, que no vale tener cerca y que mejor dejemos ir- quién tenga que estar, estará siempre. Primero tenemos que ponernos a nosotros y a lo que estamos viviendo y sintiendo.




Todos sentimos el mismo evento o situación de distinta manera y cada quién tiene diferentes formas de experimentar su dolor, de sobrellevarlo y de vivir su duelo. Y eso debemos respetarlo, y al revés de echar comentarios como “ten una actitud positiva y ya con eso”, “ánimo”, “ten fuerza” o mamadas así- debemos tratar de estar para el otro y alentarlo a que de verdad viva lo que siente y no se guarde nada.


A mí me acaba de pasar, que se me juntaron varias cosas- problemas de salud familiares, cambio de trabajo, y despedida de alguien muy importante- lógico me dio un súper bajón y se juntaron múltiples duelos- y la forma en lo que yo lo pude manejar fue encerrarme tres días en mi cuarto, sin pararme de la cama más que para lo básico, ver series y llorar sin control. Obvio nadie me entendía y continuamente oía comentarios como “no puedes seguir encerrada”, “¿cómo, sigues triste?”, “ay ya, tienes que salir”…




Y esto solo causa más daño y más dolor. No nos tienen que entender, pero mínimo sí respetar nuestros procesos y nuestras formas de lidiar con el dolor- estamos tratando de hacerlo lo mejor posible. Y la verdad no sabemos cuánto tiempo dure, cuánto tiempo vamos a seguir así, y cuándo por fin ya estaremos del otro lado. Paciencia. Tiempo al tiempo.




Un tip- si te sientes triste- permítete sentirte triste- no pasa nada. Dedícale por lo menos un día entero a sentir tu dolor. Llora, grita, berrea, patalea, pégale a la almohada, escribe lo que sientes- haz lo que te salga y te ayude a desahogarte. Enciérrate en tu cuarto, llora hasta que te quedes dormido, no te pares de la cama, come porquerías o no comas nada, pon canciones tristes. Apaga el celular o tenlo lejos de ti- porque sino estarás checándolo cada dos segundos y eso no ayudará en nada. Probablemente empiecen a llegar los demonios- los que nos hacen sentir que tenemos la culpa de todo, los que nos hacen tener ganas de desaparecer, de morirnos, de terminar ya con esto, los que nos hacen sentir que no le importamos a nadie. Déjalos llegar y luego déjalos ir- no te aferres a ellos- y sobre todo no hagas nada que te ponga en riesgo- no tomes, no te empastilles, no te lastimes, no le hables a nadie- simplemente siente el dolor y la tristeza.



Permítete sentirte mal- no hagas nada que creas que pudiera hacerte sentirte mejor- es momento de sentirte mal y de enfocarte 100% en tu malestar. Lloraras hasta el cansancio, maldecirás y te enojarás con todo mundo y hasta con Dios (aunque no creas en él) porque sentirás que nada sale bien y que nada tiene arreglo, te cuestionarás porqué quiénes más te quieren son los que terminan lastimándote más, tu mente estará dándole vueltas a todo un millón de veces y los recuerdos estarán muy presentes y no te querrán soltar.


Esto lo puedes repetir los días que así lo necesites- les digo que la última vez yo necesité de tres días así.




Al día siguiente o el día que ya te sientas listo, párate- con los ojos hinchados y el alma aparentemente rota- pero párate. Felicidades porque sigues vivo, porque sientes, porque te permitiste vivir tu dolor- no lo negaste, no lo bloqueaste, no lo disfrazaste- lo sentiste y eso ayuda a ir sanando. Y finalmente la vida sigue y no le podemos poner stop o pausa para siempre. Ve y haz ejercicio, báñate, arréglate, ve a trabajar o a estudiar, ve a comer a tu lugar favorito, ve a comprarte algo que llevas tiempo queriendo, háblale a algún amigo, escucha una canción que te guste, baila y canta a todo pulmón. Y no es magia, obvio habrá días buenos y malos- y así hay que vivirlos- echándole ganas para no quedarnos eternamente en los malos.




Vete al espejo y date cuenta de que eres invencible, eres un guerrero y sobreviviste a algo que pensaste que te iba a matar. Eres más fuerte que ayer. Claro que hay días horribles, días donde sentimos que la vida no vale nada y donde todo lo vemos negro. La vida es cabrona, la gente es cabrona, pero así es y eso no puede ser lo que nos rija- porque finalmente la vida también es increíble. Se vale estar triste y se vale sentirnos así de repente- lo que no se vale es quedarnos tristes. Por eso es importantísimo sentirlo, vivirlo y solo así podremos irlo dejando atrás. Solo tu tienes el poder sobre ti mismo- así que elije siempre sentir y vivir todo lo que la vida vaya trayendo, bueno y malo, porque es parte de, y porque nos ayuda a crecer, mejorar y aprender.


Follow Us
  • Twitter Basic Black
  • Facebook Basic Black
Recent Posts

© 2015 Sunday Morning by Charlie created with Wix.com

bottom of page