top of page

¿Media naranja? Mejor todo el frutero

Vivimos con la idea de que nuestra meta debe de ser encontrar al amor de nuestra vida, a nuestra media naranja, a nuestra alma gemela, a quien nos complete. Pero ¿qué tal que nunca la encontramos? ¿Cómo sabremos si la encontramos o no? Siempre existirán estas dudas, pues no hay manera de saberlo a ciencia cierta.



Probablemente nos demos cuenta de esto, al momento de finalizar nuestra vida, cuando ya realmente hayamos vivido y podamos entonces afirmar si la persona con la que pasamos nuestra vida fue realmente nuestro gran amor, o si a lo mejor lo fue alguien más, alguien que en algún momento tránsito por nuestro camino, o si de plano nunca la encontramos.


Un día en una entrevista, me tocó escuchar a Valeria, una chava que dijo que ella después de haber cortado con su pareja de cinco años, dejó de alguna manera de creer en el amor y pasó mucho tiempo soltera. Hasta que un día le cayó el veinte de que a lo mejor no todos estamos destinados a conocer al amor de nuestra vida, y que no debemos de estar sufriendo por eso, sino más bien pensar que si lo conocemos qué increíble, pero sino también, ya que todo en la vida pasa por algo. Fue después de que le cayó este veinte que logró estar más tranquila y desaferrase a esta idea que la mayoría tenemos de tener que encontrar al amor de nuestra vida. Al haberse quitado este peso de encima y de alguna manera aceptar la posibilidad de que quizá nunca conocería a su media naranja, pudo volver a establecer una relación con alguien.



Claro que es motivante y hasta esperanzador creer que en algún lugar del mundo está esa persona destinada a estar con nosotros. Pero no podemos obsesionarnos con esa idea, porque entonces enloqueceríamos y seguro en el afán de a fuerza encontrar a dicha persona, seguro alejaríamos cualquier posibilidad de conocerla. Mejor quedarnos con la idea de Valeria de que si la conocemos qué increíble y si no, entonces tratar de quedarnos con la satisfacción de que disfrutamos el camino y disfrutamos de todas las personas que nos acompañaron en el viaje. Es decir, tratemos de disfrutar y de aprovechar al máximo a cada una de las personas que llegan a nuestra vida, porque cada una de ellas llega por y para algo.



Concentrémonos en ser la mejor versión de nosotras mismas, en ser la mejor persona que podamos ser y en tratar de estar completas por nosotras mismas. En realidad no necesitamos a nadie para estar completas; necesitamos a alguien para compartir, para complementarnos pero no para completarnos. Olvidémonos de la típica media naranja, porque en realidad ya somos naranjas completas. El vernos como alguien completo nos quita un enorme peso de encima, porque así no vamos a estar esperando a alguien para poder estar completos.



¿Por qué conformarnos con media naranja cuando podemos tener una naranja completa o cuando podemos tener todo el frutero? Para poder encontrar aquella persona con la cual poder compartir y complementarnos, necesitamos conocer y probar, de ahí que hablemos del frutero. ¿Qué tal que lo nuestro no es la naranja, sino el mango o la sandía? Así que a probar se ha dicho, a disfrutar el camino, y a no obsesionarnos con cosas que finalmente nunca sabremos. Tratemos de ser felices primero con nosotros mismos, con nuestro ser ya completo, y después tratemos de ser felices compartiendo con quien esté a nuestro lado, porque a lo mejor ese alguien es el amor de nuestra vida. No perdamos nunca la esperanza, pero tampoco dejemos que eso sea lo que rija nuestra vida. Al estar tranquilos y en paz con eso, las cosas fluyen y se logran con mayor facilidad, así que dejémonos llevar.



sección: Heart to heart



créditos de imágenes:

-pinterest.com

-imagui.com

-twixsy.com

-depsicologia.com

-commons.wikimedia.com

Follow Us
  • Twitter Basic Black
  • Facebook Basic Black
Recent Posts

© 2015 Sunday Morning by Charlie created with Wix.com

bottom of page