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Pequeños pasos... Pequeños triunfos

Generalmente nos ponemos metas enormes en la vida… casarme, tener hijos, poner mi propio negocio, ser millonario, bajar 10 kilos… y tratamos de hacer todo para alcanzarlas. Pero en el inter, nos olvidamos de las metas cotidianas y de los pequeños triunfos que vamos teniendo en el día a día.




Cuando íbamos en kinder y lográbamos algo, por más pequeño que fuera, como colorear sin salirnos de la raya o sumar bien 1 +1, la miss nos hacia una fiesta y nos ponía una estrella en la frente. Pero cuando crecemos pareciera que nos olvidamos de aplaudirnos y de ponernos estrellitas en la frente cuando logramos algo.



La vida está llena de tropiezos, de caídas, de metidas de pata y errores que cometemos y seguiremos cometiendo, porque de eso se trata, de caer y levantarnos para así aprender. Pero es justo de ahí, de esos pequeños pasos después de la caída, esas mínimas mejorías, esos pequeños triunfos, los que valen toda la pena del mundo y los que también merecen reconocimiento y aplausos.





Nos proyectamos tanto hacia el futuro y hacia alcanzar nuestra gran meta o gran proyecto, que nos perdemos del presente y de todas las pequeñas cosas que nos van construyendo y haciéndonos mejores. Somos bastante malos para aplaudirnos estos avances, estos escalones que vamos subiendo para evolucionar. Tristemente solemos ser nuestros mayores críticos, cuando tendríamos que ser nuestros mayores porristas.




Es difícil de repente querer cambiar nuestra forma de pensar, vivimos en un mundo que de pronto es tan negativo que nos contagia y nos nubla la vista. Pero tratemos de relajarnos y de vivir más positivamente, porque finalmente la vida solo es una. Tratemos de ser más felices y mejores que ayer; de vivir en el presente y no en el pasado o en el futuro. Y aprendamos a darnos ese aplauso o estrellita cuando logremos algo, por más insignificante que nos parezca, porque todo cuenta y todo nos puede ayudar a mejorar y a alcanzar esas metas que tenemos en nuestro futuro.




¿Nunca desayunas porque prefieres quedarte más tiempo dormida, pero hoy te paraste temprano para desayunar sanamente y con calma? Aplauso y estrellita. ¿Te da la peor flojera del mundo hacer ejercicio, pero esta semana lograste ir al gym todos los días sin pretextos?… aplauso y estrellita. ¿Hiciste horas en el tráfico, pero en vez de ponerte de malas, pusiste tu playlist de Spotify y cantaste y disfrutaste el trayecto? Aplauso y estrellita. Es aprender a aceptar las cosas como son y a echarle ganas a las situaciones que tenemos que vivir aunque no nos gusten o nos den mucha flojera. Está en nosotros decidir cómo queremos ver las situaciones y disfrutar todos los procesos, nuestros pequeños pasos y triunfos. Aprender a celebrarnos y a valorar nuestros esfuerzos y logros.




La vida se va rapidísimo, como para andar sufriendo o de amargados. Nada es perfecto y no pasa nada si nos caemos o nos equivocamos. Al contrario de ahí es donde más se aprende. Así que también celebremos estas caídas porque son las que nos hacen aprender, mejorar y las que nos motivan. Y así como tenemos listas de nuestras metas y proyectos, ¿porqué no empezar a tener una lista de los pequeños logros? Busquemos sentirnos orgullosos de nosotros mismos no solo cuando palomeemos algo de nuestra gran lista, sino también de lo logrado en el día a día, de esas estrellas cotidianas que logramos pegarnos en la frente. Tengamos nuestra lista y echémonos porras y celebremos, pues finalmente no necesitamos la aprobación de nadie más que la nuestra… así que a festejar.











créditos de imágenes:

-celiacovarrubias.com

-valleempresa365.com

-noticias.universia.net.com

-animalpolitico.com

-backstageofftherecord.wordpress.com

-primicia.com.ve

-agalamartin1.blogspot.com

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