Típico que... puro odio
Prefiero ya no ver las noticias, no ver el debate entre Trump y Clinton, no saber nada de las marchas en la CDMX. Y no es porque quiera ignorar la realidad en la que vivimos, o porque quiera vivir en la ignorancia acerca de lo que pasa en el mundo, sino porque me duele el alma de ver todo lo que está pasando; cómo nos estamos destruyendo unos a otros, cómo estamos destruyendo la vida, a la humanidad, a nuestra casa. Me da coraje, rabia, tristeza, me indigna ver el poco criterio, la mente cerrada, la pendejez y el odio tan profundo que tristemente manifiesta la gran mayoría.
Nos da tanto miedo lo que es diferente a nosotros, lo que no conocemos, lo que ignoramos, que nos parece más fácil criticarlo, debatirlo, discriminarlo y odiarlo, que intentar conocerlo. No nos damos cuenta que al final todos somos iguales, todos somos seres humanos, capaces del más profundo amor, pero también del más profundo odio. Somos armas en potencia, somos nuestro peor enemigo, somos ese muro que tanto criticamos a Trump por querer construir. Nosotros somos los que vamos dividiendo la sociedad, rechazando, haciendo menos, tratando mal, a los que quizá piensan diferente a nosotros, tienen otra visión u otra preferencia.
Todos somos libres de pensar, expresar y hacer lo que nos venga en gana. Si quieren manifestarse y gritar a los 4 vientos que están en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, perfecto, hagan sus marchas si quieren, son libres para expresar su opinión. Pero lo que no es correcto es querer obligar a que toda la gente piense igual y tenga que actuar igual que ustedes. La vida es tan fácil como que si no estás de acuerdo con algo, no lo hagas; si no estás de acuerdo con el matrimonio homosexual, pues no te cases con alguien de tu mismo sexo; si no estás de acuerdo con el aborto, pues no abortes; si no estás de acuerdo con el consumo de drogas, pues no te drogues… y así la lista infinita.
La base de todo, siempre será el amor y el respeto. Aprendamos a respetar a los demás, aunque no pensemos o actuemos de la misma forma. La riqueza de nuestro mundo finalmente radica en estas diferencias y en la diversidad que existe entre los seres humanos. Aprendamos del otro, unamos esfuerzos para crear verdaderos cambios y mejorar todo lo que está mal en el mundo, unamos y no dividamos, dejemos de crear muros invisibles entre las personas. El cambio está en cada uno de nosotros… ya basta… empieza por ti.
Porque no sé ustedes pero yo ya estoy hasta la madre de tanto pleito, tanta critica, tanta prepotencia, tanta agresión, tanta lucha de poder, tanto odio, tantas faltas de respeto, tanto bullying, tanta falta de amor. Ojalá entendamos que la unión hace la fuerza, que si nos uniéramos por cosas y causas que valen la pena y nos apoyaramos en vez de competir por quien tiene más poder, más seguidores, por quien humilla y hunde más al otro, la vida sería otra, México sería otro, el mundo sería otro. Basta de solo criticar a Trump y a EPN, que sí, efectivamente son unos ignorantes y pendejos, pero que no nos alejamos mucho de ellos si lo único que hacemos es burlarnos sin actuar al respecto, sin buscar un cambio.
¿Queremos un cambio? Pues empecemos por nosotros mismos, por amarnos, valorarnos y aceptarnos para así poder transmitirlo y hacerlo con quienes nos rodean. Que el miedo y la falta de seguridad y autoestima no sean lo que nos motive a actuar con odio frente al otro. Actuemos desde el amor, que tanta falta le hace al mundo.
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