Respira... Decide. Actúa
Se podría decir que la vida cuando somos chiquitos es un poco más fácil, en el sentido en el que siempre hay alguien que decide por nosotros. Aunque si lo analizamos bien, eso no está tan padre, porque capaz deciden algo que no queríamos, que no nos gusta o que nos termina perjudicando. Pero para los que son como yo- que odiamos decidir- pues es una maravilla que otros decidan por ti.
Pero tampoco podemos ir por la vida, siempre esperando o dando por hecho que otros van a tomar las decisiones. No siempre van a estar ahí tus papás, familiares, amigos o pareja para ayudarte con las decisiones. O quizá otros te pueden ayudar siempre en cuestiones sencillas como elegir dónde comer, qué película ver en el cine o qué vestido comprar para la boda. Pero ni modo que alguien decida por ti en cuestiones vitales como qué carrera estudiar o si aceptar o no casarte con alguien- sobre todo si son decisiones un tanto esenciales para tu futuro. Tampoco te pueden estar ayudando a decidir cómo reaccionar ante ciertas cosas en la vida, qué sentir, cómo ser.
Aunque cueste trabajo y no sea fácil, llega un punto en la vida en el que tienes que respirar y decidir. La vida está llena de decisiones y finalmente es TU vida no la de tu mejor amiga que siempre te aconseja y te ayuda a decidir, o la de tu mamá que solía siempre decidir por ti cuando eras pequeña- ellas tienen sus propias vidas y sus propias decisiones que tomar. Necesitamos tomar las riendas de nuestra vida y aprender a decidir cómo la queremos vivir. La vida es cuestión de decisión sin duda y en teoría solo nosotros tendríamos que decidir cómo la queremos vivir.
Bien dicen por ahí que no hay que estarle dando tantas vueltas a las cosas, que por algo tenemos intuición y que habría que hacerle caso. Así que en vez de pasar la vida pensando y pensando, mejor deberíamos de respirar, decidir y actuar. Generalmente lo primero que se te viene a la mente es lo que quieres o necesitas, por eso apareció primero en tu cabeza. Así que a tomar nota de esto.
Otra cuestión importante en la vida, es que tenemos la oportunidad de cambiar, modificar, arreglar; que no somos como los árboles con raíces que no les permiten moverse. Tenemos pies que nos dan la posibilidad de movernos si es que no nos gusta donde estamos parados. Siempre tenemos la oportunidad de evaluar nuestra situación y de cambiarla si es que no nos gusta.
¿Te gusta cómo es tu vida? ¿Te gusta cómo eres? ¿Te gusta tu profesión? ¿Te gusta tu trabajo? ¿Te gustan tus amistades? ¿Te gusta tu ambiente o entorno? ¿Te gusta quién amas? ¿Puedes mejorar tu entorno? ¿Puedes ser mejor persona? ¿Puedes ser más fuerte? ¿Puedes ser más compasivo, más amable?
Reflexiona. Respira. Mete aire por la nariz y sácalo por la boca. Decide. Actúa. Tienes la capacidad de modificar aquello que no es como tú quieres, de mejorar, de cambiar. Está en ti. Solo tienes que tomar la decisión y hacerlo. Es difícil tal vez, pero puedes hacerlo.
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